El abucheo contra el Ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, se convirtió en la noticia destacada por todos los medios, respecto al encuentro convocado en Bogotá para escuchar lo que tuvieran que decir las víctimas de las Farc sobre el proceso de paz.
Era muy importante saber cuál era su enfoque entorno a la manera como se lleva a cabo el proceso y acerca de la representación de las víctimas en los diálogos, como corresponde a la búsqueda de una verdadera reconciliación, indispensable para la terminación del conflicto. Pero el abucheo de un pequeño grupo de desadaptados logró copar por completo la atención de todos los medios de comunicación, y el fondo del encuentro y la verdadera posición de las víctimas de las Farc en este proceso pasaron a segundo plano. El sentido genuino del encuentro se perdió. Fue desdibujado ante la opinión pública por causa de los saboteadores.
Ahora bien, nos resistimos a creer que entre las víctimas del conflicto armado haya un sentimiento de rechazo o una intención de censura contra el Ministro del Interior. No podemos olvidar que él mismo es una víctima del conflicto: su padre, como el de otros dirigentes colombianos, fue asesinado en el curso del mismo.
Tampoco se olvide que fue precisamente Juan Fernando Cristo quien, a pesar de la oposición del anterior gobierno, logró que se aprobara la Ley de Víctimas y comprometió al Estado colombiano en un propósito de elemental justicia: la reparación, siquiera parcial, por los enormes daños que han causado los actores del conflicto en miles de familias colombianas.