Ningún Jefe se arriesga. Se mira en el espejo de sus Comandantes de ayer, hoy casi todos “envainados”, y prefiere la humillación vestida de prudencia. Todos los soldados y policías están a la defensiva, acobardados, arrinconados, huyendo asustados. No se atreven a atacar, aún a riesgo de perder su vida, lo que está llevando el fatal mensaje de un dramático “sálvese quien pueda”. El Derecho Operacional “con sentido humanista” de la marxista escuela de Franckfurt, desnaturaliza nuestras Fuerzas militares y paraliza a nuestros soldados mientras los comunistas aplican la conocida táctica de crear mártires a manos oficiales para fortalecer la “resistencia”, palabra-toque de gran venta entre desinformados y oportunistas.
Hemos llegado a esto porque los gobiernos, ignorando la Constitución, le han cedido el juzgamiento de nuestra Fuerza Pública a jueces civiles desconocedores de las realidades operacionales, engrupidos por teorías jurídicas ajenas al contexto nacional y simpatizantes ideológicos de los mismos que siempre han ordenado y ordenan asesinar a nuestros uniformados.
Con todo, pedirle a nuestros soldados y policías que aprieten el gatillo, es simplista e irresponsable. No son sicarios del Estado ni de ningún gobierno. También es facilista reducir esta crisis a un asunto de cambio de cultura. La cuestión es mucho más compleja. Otro articulista hace eco a Mijaíl Bakunin con aquello de destruir todo lo que se pueda destruir porque dizque solamente lo sólido quedará. Si éste es el caso, las FFMM sobrevivirán, sin derecho a queja posterior.
Lo cierto es que quienes están corroyendo la moral de nuestra Fuerza Pública, única barrera que les impidió tomarse el poder por las armas, cuando lleguen al gobierno utilizarán sin clemencia ni consideración, soldados y en especial policías para mantenerse en el trono. Como en Venezuela, Cuba y Nicaragua.
Urge recuperar el Fuero Militar, la Justicia Penal Militar. La regla de los seis metros o de Tueller, debe imponerse. Los castigos para los agresores deben ser severos y reales. La recuperación del respeto a nuestra FFPP, so pena de hundir al país en el caos, va a ser dolorosa y difícil.
JOHN MARULANDA
