Opinión: BASES LLENAS EN VENEZUELA. John Marulanda Destacado

14 Feb 2019
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“¿Reedición de la Guerra Fria?”, fue un polémico titular del NY Times en julio del 2014. Y aunque el contexto hoy es muy diferente al de octubre de 1962, epítome nuclear de esa guerra, lo que se juega ahora en Venezuela, va más allá de Miraflores. Es un pulso geoestratégico entre las tres principales potencias, en el país con las mayores reservas petroleras del mundo.

 

China, avanza sin hacer olas mientras negocia discretamente en Washington, entre otras cosas, alguna garantía para sus inversiones en la franja del Orinoco. De contera puede hablar con Duque, que también anda negociando por allí. Rusia, mortificada por las bases militares de US-Otan en sus fronteras, no ceja de demostrar que tiene un pie militar en esa estratégica esquina americana, si bien no posee el músculo financiero ni la tecnología bélica para enfrentar exitosamente a Estados Unidos. Pero ambos se están rearmando nuclearmente. Turquía e Irán son carroñeros a la caza de lo que puedan obtener: oro y cocaína, hasta ahora. La Habana, lazarillo de Maduro, ante los signos de zozobra, empieza un movimiento retrógado, preventivo, y busca opciones donde AMLO, quien ya insinúa una nueva constitución para México, siguiendo la cartilla castro-chavista. Brasil, en vilo por la salud de Bolsonaro, mantiene su fuerte postura anti comunista.

Colombia, ha declarado las injerencias de China y Rusia como amenazas a su seguridad nacional y continúa adhiriendo a Estados Unidos como la potencia confiable. Mientras lidia con la crisis humanitaria, Bogotá se erige como líder de la democracia y la seguridad regionales. Todos los jugadores, inclusive los de la banca –eln, farc, hezbola, carteles, colectivos, boliches- están en el campo. A pesar de la peligrosa confluencia del día del estudiante, la ayuda humanitaria y el ejercicio de movilización cívico militar, nada sucedió. Parece desvanecerse este momentum, aunque algunos siguen esperando el día D para el próximo 23. 

Los analistas realistas apuestan a una ruptura que se saldará con mayor o menor tragedia; los pacifistas, comunistas y oportunistas, apuestan a una negociación que se pueda sellar con impunidad, modelo Santos. Putin, puja, Jinping avanza cauto y Trump negocia duro.

A estas alturas no sabemos aún si hay que alquilar balcón o buscar refugio. El impredecible desenlace, cualquiera que sea, será vital para Colombia.

Modificado por última vez en Jueves, 14 Febrero 2019 16:15
John Marulanda

Consultor Internacional en Seguridad y Defensa

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