Opinión Online: “ARRIADO AL RUEDO PARA LAS FIESTAS”. Oscar Eduardo Borja

Con la llegada de los españoles, a América, llegaron costumbres que arrasaron la cultura local, se fueron poblando las regiones y con ellos surgió la división política, caseríos formaron pueblos y estos según su ubicación fueron agrupados para dar origen a regiones y departamentos, cada pueblo con sus autoridades administrativas y religiosas, “los santos patrones”, a los que se imploraba la lluvia que regaría las cosechas, se le construían altares y se le consagraban pueblos y regiones, eso sí, con derecho propio a tener su fiesta patronal.  
 
El origen de estas celebraciones siempre estuvo motivado por la espiritualidad, la diversión el respeto que caracterizaba a los habitantes de la época, sin dejar de lado la competencia entre los pueblos vecinos por tener la mejor fiesta de la región “con todos los juguetes”. (música, baile, corraleja y muertos)
 
La corraleja da la oportunidad de demostrar la habilidad y destreza del hombre frente a la fuerza del animal. Los hombres, campesinos dedicados a la agricultura y ganadería, según su destreza se especializaban en el manejo de la banderilla, garrocha y la manta, para dar un espectáculo circense a los espectadores, quienes aplaudían, gritaban, al ritmo de la música que animaba la fiesta.
 
Crecí escuchando que fiesta sin muerto no era buena, había que ponerle los muertos casi siempre los borrachos que frente al toro terminaban el paso por esta tierra, esto de tirarse al ruedo, era pa, machos, osados, o pa los borrachos, si el alcohol le daba verraquera a los cobardes, quienes saldrían bien librados si solo recibían una revolcada del toro. 
 
El espectáculo ocurrido en el municipio de Turbaco Bolívar el pasado 1 de enero,  donde fue apuñalado el toro que había sido tirado al ruedo, es una señal de la descomposición social, cultural, es una alerta para las autoridades, no solo tenemos un déficit, en sitios de reclusión penitenciario, al paso que vamos lo tendremos en sitios de hospitalización para enfermos mentales, al paso que vamos no existe lugar para albergar a tanto enfermo mental declarado y los que andan sueltos, matar a cuchilladas a un toro porque me da la gana, si por que le da la gana, sin importar que este en presencia de centenares de personas es un acto de barbarie un acto demencial, pero no fue el único mientras el toro yacía en el suelo, fue atacado con piedras, patadas y apuñalado nuevamente por mas personas.
 
En la historia de la corraleja, se ha dado benemérito recuerdo a ejemplares, que por su sangre pura al momento de ser “arriados al ruedo”, demostraron la imponencia de su raza, con su bravura, sus nombres se mencionan en canciones, como el “Barcino, el arranca teta, El balay”, quedando en el recuerdo de quienes siguen de cerca esta centenaria tradición. Ahora el turno es para “el apuñalado” que quedara en el recuerdo como consecuencia del infame que de espaldas lo apuñalo en el ruedo y de los cobardes que coadyuvaron a su muerte. 
 
Qué cara harán los santos patrones al ver que las fiestas en su honor son profanadas por este tipo de actos repudiables como apuñalar el toro. Que la ira de ellos descienda sobre los barbaros, y que en las corralejas del infierno “Barcino, el arranca teta, El balay” los esperen.
 
Oscar Eduardo Borja Santofimio

Abogado especializado en Derecho constitucional y procesal de la Universidad Libre, radicado en la ciudad de Cartagena de Indias, fundador de la firma BORJA ASOCIADOS.   

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