CEID: ¿Sujeción extrema al poder?. Por Diana Sofía Jaramillo Gálvez. Destacado

08 Sep 2015
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Las graves tensiones que han sufrido Venezuela y Colombia desde el Gobierno de Álvaro Uribe Vélez hasta el del actual presidente de la República, son los antecedentes que marcan la grave situación fronteriza que se vive actualmente.
 
El origen de las actuales controversias entre las dos naciones, fue la presencia de contrabandistas y paramilitares en territorio venezolano, lo cual motivó al presidente Maduro a decretar el estado de excepción en la zona desde el pasado 19 de agosto. Tras dicho enfrentamiento, tres militares venezolanos y un civil habrían resultado heridos. Como parte del estado de excepción, el Presidente Maduro ordenó el envío de más de 1,500 tropas adicionales a Táchira para buscar casa por casa a los responsables del mencionado enfrentamiento. En adición, el Presidente Maduro, ordenó el cierre “hasta nuevo aviso” del principal cruce fronterizo entre San Antonio, en el estado de Táchira en Venezuela, y Cúcuta, en el departamento de Norte de Santander en Colombia [1].
 
Las previas controversias entre los dos países arrojan estas cifras: de acuerdo a informes de la cancillería colombiana, en los últimos tres años se han incrementado dramáticamente los casos de deportación de colombianos desde Venezuela. Desde que el presidente Nicolás Maduro asumió el poder en abril de 2013, los casos pasaron de 131 por año en 2012, a 2.614 deportaciones. En 2014 se presentaron 1.772 casos y en sólo seis meses en 2015 van más de 2.500 deportaciones de colombianos desde el vecino país [2]. 
 
Esta situación refleja la deportación masiva a la cual son expuestos nuestros hermanos colombianos desde hace algún tiempo, que hoy se agudiza profundamente. Las consecuencias de esta problemática no se hacen esperar, entre las cuales se evidencia la grave situación humanitaria que viven aquellos despojados. Otra de las situaciones que revela la CIDH, de público conocimiento, son las violaciones al derecho internacional de los derechos humanos y de los protocolos de deportación, que derivan en la trasgresión del debido proceso, la propiedad privada y  con respecto a las garantías de las cuales gozan los menores, el interés superior del niño. 
 
No bastan estas líneas para mencionar las consecuencias contra Derecho de las decisiones del presidente Maduro. Sin embargo,quisiera evidenciar las dinámicas de poder que suceden tras estos eventos. Al parecer, estamos inmersos en dichas dinámicas, algunas ocultas y otras que se expresan claramente, como la situación de la que hablamos. Una de las manifestaciones más extremas del poder, en donde este puede verse tal y como es de una manera cínica y desproporcionada, se da en las cárceles. Actualmente las formas de represión son variadas y se extienden desde el despojo contra los inmigrantes, por motivos racistas, la represión en los jóvenes y los niños [3] . 
 
En un diálogo sobre el poder y otras conversaciones, Michael Foucault expone que vale la pena analizar profundamente algunas concepciones, como aparato de Estado, clase dirigente, gobernar, entre otras, para comprender ¿Quién ejerce el poder? ¿Dónde se ejerce?, frente al tema refiere lo siguiente: 
 
“Asimismo, sería preciso saber hasta dónde se ejerce el poder, mediante qué relevos y hasta qué instancias, a menudo ínfimas, de jerarquía, control, vigilancia, prohibiciones, coacciones. En todo lugar donde hay poder, el poder se ejerce. Nadie hablando con propiedad, es su titular y, sin embargo, se ejerce en determinada dirección, con unos a un lado y los otros en el otro; no sabemos quién lo tiene exactamente pero sabemos quién no lo tiene” [4]
 
¿Qué es aquello que mueve el ejercicio del poder? Probablemente son intereses ajenos al bien común que en el caso que nos ocupa saltan a la vista, pero lo que sorprende aún más, es el manejo de los discursos de los gobernantes. Encontramos que los motivos del cierre de la frontera, responden a la protección de la paz fronteriza y la lucha contra el delito; sin embargo, las medidas tomadas por el jefe de Estado de Venezuela, NO son acordes con estos fines, lo cual revela que estamos expuestos a sufrir las consecuencias del ejercicio extremo del poder, en sus diversas manifestaciones. Nos encontramos situados en el devenir de las decisiones políticas, que seguramente marcarán las posiciones legítimas e ilegitimas, que se imponen de manera visible e invisible en nosotros. 
 
 
Diana Sofía Jaramillo Gálvez
Miembro del Centro de Estudios Integrales en Derecho
Twitter: @Dsofi1990
 
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[1] OEA. (28 de agosto de 2015). Declaratio. (Comunicado de prensa). Recuperado de: http://www.oas.org/es/cidh/prensa/comunicados/2015/100.asp 
[2] Loaiza. M. (27 de agosto de 2015).  5 claves para entender la tensión actual en la frontera colombo- venezolana. Disponible en: http://cnnespanol.cnn.com/2015/08/27/5-claves-para-entender-la-tension-actual-en-la-frontera-colombo-venezolana/
[3] Foucault, M. (1981). Un diálogo sobre el poder y otras conversaciones, traducción de Miguel Morey. 3ra Edición. España: Alianza Editorial. p. 37.
[4] Ibíd. p. 39.
 
 
 
 
 
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