CEID: La realidad de lo imperceptible. Por Diana Sofía Jaramillo Destacado

02 Oct 2017
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Según el informe de resultados de ONU mujeres para Colombia del año 2016[1], en el país se han ratificado todos los tratados internacionales relacionados a la protección de los Derechos Humanos de las Mujeres y la búsqueda por la igualdad de género; sin embargo, la ONU evidencia que aún existe una brecha en materia de igualdad de género, la cual se presenta en dos campos principales: el empoderamiento político y económico.

 

Estos conceptos no sólo son importantes para analizar el protagonismo de la mujer en la sociedad colombiana, sino para cuestionarnos sobre ¿Cuál es su papel en la construcción de paz?, debido al momento coyuntural que atraviesa el país y ¿Cuál es la importancia de la participación política de la mujer?. Actualmente el principal instrumento jurídico para el empoderamiento de la mujer a nivel de participación es la Ley 581 de 2000 llamada “Ley de Cuotas”, la cual prevé que los cargos de máximo nivel decisorio y otros niveles, serán ocupados en un 30% por mujeres, la eficacia de esta Ley es evaluada anualmente por el Departamento Administrativo para la Función Pública.

 

De acuerdo a los resultados arrojados por la ONU Mujeres,los principales campos en donde se refleja la discriminación en contra de la mujer son los económicos y políticos, sin ser estos los únicos espacios en los cuales se presenta. Evidenciando estos resultados que el rezago en el campo de la vida pública resulta ser un mal diagnóstico, porque la participación en la toma de decisiones importantes es la interacción directa en la construcción de la maquinaria común llamada Estado, lo que a su vez se traduce en la garantía efectiva de la democracia[2], partiendo de tal premisa, para que una sociedad sea incluyente requiere de la participación activa de la mujer en la toma de decisiones relevantes a nivel social que se da en las entidades que conforman las clásicas ramas del poder definidas por Montesquieu, legislativa, ejecutiva y judicial.

 

Sin embargo, la intervención de la mujer en política desde el pasado ha sido un tema espinoso, minado por las concepciones invisibles que se promueven a través de los años entre los miembros de los partidos políticos, tanto liberales como conservadores. Para dar un ejemplo, los esfuerzos del presidente Alfonso López Pumarejo para lograr la emancipación de la mujer con el derecho al acceso a la educación superior y las reivindicaciones para madres trabajadoras, fueron debilitadas por los pensamientos tradicionales al interior del partido liberal[3], cuyos miembros proclamaban cosas tales como:  “la mujer no es sujeto competente para ciertos menesteres y profesiones que pertenecen a los hombres”[4] o que se debía salvar a la mujer “a la prueba insensata del voto femenino, que será el paso inicial en la transformación funesta de nuestras costumbres y de la pugna entre los sexos”[5].

 

Ahora bien, las cifras evidencian que pese a encontrarnos en una era tecnológica tendiente al progresismo y la equidad, las mujeres aún sufrimos la desigualdad, que se presenta principalmente en estereotipos invisibles que se transfieren a lo largo de las generaciones, así en la medida en queaumenta la posición de liderazgo, disminuye o desaparece la presencia femenina[6], de la misma forma el informe presentado por ONU mujeres no revela un panorama esperanzador.

 

Así como los estereotipos permean nuestra sociedad de manera invisible, las historias de protagonismo de la mujer han sido silenciadas de la historia universal, un ejemplo de ello fue lo que sucedió en Estados Unidos durante el período de la segunda guerra mundial, las mujeres negras fueron protagonistas de la creación de armas tecnológicas trabajando para la NASA y combatiendo para la época no sólo las concepciones por su condición de mujer sino también por su color de piel; mujeres que demuestran su valía y capacidad de liderazgo, creando avances en tecnología de la NASA al día de hoy[7], sin embargo su historia no se conoció realmente.

 

Considero que para el logro del empoderamiento político se debe trabajar a profundidad en los estereotipos que refuerzan ideas preconcebidas, los cuales se repiten diariamente, aunque la tarea no resulte fácil las mujeres sabemos que“las más importantes batallas por la dignidad, el orgullo y el progreso se libraban con la más simple de las acciones”[8]; así en nuestro diario vivir debemos ser partícipes y visibilizarnos interviniendo en las decisiones importantes tanto a nivel privado como público y luchar por nuestros ideales, pese a que existan labores como la ciencia, la política, la ingeniería tradicionalmente asignadas a los hombres.

 

 

Diana Sofía Jaramillo Gálvez

Abogada de la Universidad del Rosario

Miembro del Centro de Estudios Integrales en Derecho

 

 



[2]Los derechos de las mujeres en la jurisprudencia de la Corte Constitucional colombiana 2005- 2009, Presidencia de la República, Programa Integral contra violencias de género, Universidad del Rosario, Bogotá, 2011, p. 209.

 

[3]Historia contemporánea de Colombia (1920-2010), Ricardo Arias Trujillo, Bogotá: Universidad de los Andrés, Ediciones Uniandes, 2010, pp. 71 -78.

 

[4]Ibíd. pág., 75

 

[5]Ibíd. pág.,76

 

[7]Talentos Ocultos, HarperCollins Español, Estados Unidos de América, 2017, pág, 139

 

[8]Ibíd, pág, 139.

Modificado por última vez en Lunes, 02 Octubre 2017 14:37
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