Análisis de La Voz Del Derecho: FANATISMO CONTRA LIBERTAD DE EXPRESIÓN Destacado

Este 7 de enero de 2015 ha ocurrido en París lo que oportunamente registró LA VOZ DEL DERECHO (www.lavozdelderecho.com): que la libre expresión fue atropellada y cobardemente acribillada; que las opiniones tienen señalada, en las extremas religiosas, la pena de muerte; que la libertad de expresión no existe para quienes creen que sus convicciones religiosas son las únicas que pueden ser divulgadas y practicadas.

Decía nuestra información que un feroz ataque, con armas automáticas kalashnikov, había  tenido lugar aproximadamente a las 11:00, hora de Francia, en París, cuando terroristas asesinaron a doce personas y herido a varias más en pleno centro de la capital francesa, y escaparon en un vehículo que nadie pudo detener, gritando consignas de carácter religioso.

 El atentado se dirigió contra la sede del semanario satírico “Charlie Hebdo”, cuyos directivos y periodistas habían sido amenazados al parecer como consecuencia de la publicación de caricaturas del profeta Mahoma, que muchos musulmanes consideran altamente ofensivas de sus creencias y contrarias al respeto que merece la religión. Los francotiradores ingresaron, inclusive a la propia sala de redacción del medio, que es algo tan insólito y grave como profanar un templo, y que demuestra que el atentado estaba planificado y preparado, quién sabe desde cuánto tiempo atrás.

 Los atacantes, cuya acción terrorista se ha calificado por el gobierno francés, por los gobiernos del mundo y por los medios franceses e internacionales como una de las más graves de la historia de Francia, están señalados por los testigos y por la policía como tres hombres vestidos de negro, encapuchados y armados con fusiles kalashnikov. Según se informa, entraron en la sede del semanario al grito de "Alahu al akbar" ("Dios es grande").

Se trata del atentado más sangriento, en los últimos cincuenta años, en Francia. Murieron el director del medio, periodistas, caricaturistas y dos policías.

Lo cierto es que el mundo ha rechazado de manera espontánea y muy rápida esta masacre, y en las principales ciudades europeas y de varios otros países se han llevado a cabo multitudinarias manifestaciones de apoyo a la libertad de expresión, bajo el lema “#JesuisCharlie” (“Yo soy Charlie”).

En verdad –y en esto profundizaremos en próximas entregas-, no tiene sentido, ni puede ser aceptable política ni jurídicamente, que algo tan íntimo y personal como las creencias religiosas quieran ser impuestas a la fuerza, a las malas, con las amenazas, con las armas, y que existan organizaciones que ordenan a sus correligionarios “castigar” por la fuerza, con sangre y muerte, las concepciones religiosas, las opiniones, el humor, las caricaturas, las sátiras, las burlas. Todas esas son manifestaciones de la libertad, y es inconcebible que, en pleno siglo XXI y superadas las oscuras épocas de la Inquisición, del oscurantismo y de la censura, se pretenda que hay una sola fe permitida, y que el respeto a la misma no se reclame –como debe ser- por mecanismos jurídicos sino por el ataque armado, cobarde y a mansalva.

La libertad de expresión ha sido siempre atacada. Por el Santo Oficio, por las dictaduras de Hitler, Mussolini, Pinochet o Videla, por las mafias del narcotráfico, y también por los extremismos religiosos. Por eso hay luto e indignación del periodismo a nivel mundial.

Acotación final: Los que creemos en Dios, en verdad pensamos que Dios es Grande. Pero, si eso es así, ¿por qué imponerlo por la vía del despotismo o del terrorismo? No habría necesidad.

La Voz del Derecho

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